RECLAMA EL PAGO DE LA PLUSVALIA MUNICIPAL EN CASO DE VENTA CON PERDIDAS
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noviembre 18, 2018El cliente debe pagar el impuesto de las hipotecas.
· El Tribunal Supremo da la razón a los bancos y falla que el cliente pague el impuesto de las hipotecas.
La jurisprudencia que estableció que el impuesto de las hipotecas lo pagaban los bancos no ha llegado a los 20 días de vida. El Pleno de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo ha acordado, tras dos jornadas de deliberaciones y en una completa división, que las cosas vuelvan al momento anterior al derrumbe en Bolsa de las entidades financieras. Es decir, a que el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados lo paga el cliente.
La votación ha mostrado un Tribunal Supremo partido por la mitad: 15 magistrados votaron por volver a la situación anterior y 13 por ratificar lo decidido el pasado 18 de octubre por la Sección Segunda. El recuento ha sido tan ajustado que, sobre el papel, si hubieran participado los tres magistrados presentes el resultado podía haber sido otro.
Al final de la tarde, el presidente de la Sala, Luis María Díez-Picazo, llevó a votación la propuesta de la magistrada Pilar Teso de que pagasen las entidades financieras pero sin retroactividad alguna. Es decir, que la modificación se aplicara sólo a las nuevas hipotecas. La opción, planteada como una especie de solución de intermedia de consenso, sólo obtuvo 11 votos y fue rechazada. Díez-Picazo votó a favor, pero algunos magistrados que sí eran partidarios de ratificar el cambio en la jurisprudencia rechazaron la opción. A su juicio no había base legal para limitar el derecho de un ciudadano a reclamar a Hacienda por un ingreso indebido dentro del plazo legal de prescripción de cuatro años.
Fracasado ese intento, Díez-Picazo decidió que se votara directamente la estimación o no de los recursos que pedían que pagasen los bancos. Algunos magistrados expusieron que antes querían tratar más a fondo el asunto de la retroactividad. El presidente rechazó seguir con las deliberaciones y ordenó la votación definitiva: apoyar o rechazar la nueva doctrina, sin entrar en el alcance de la eventual retroactividad.
Por su cargo, Díez-Picazo era el último en votar y cuando le llegó el turno el resultado era de 14 a 13. Si ratificaba la decisión dictada hace dos semanas por la Sección Segunda había empate y se prolongaba la incertidumbre. Pero una vez rechazada su opción preferida de que paguen los bancos sin retroactividad prefirió volver a la doctrina clásica, lo que dejó un balance de 15 a 13 a favor de lo que pedían las entidades financieras. Como él, ante la evidencia de que no iban a limitar las reclamaciones de los clientes, magistrados que habían defendido el ratificar el cambio de jurisprudencia acabaron por votar en contra.
La solución ante un empate habría pasado por incorporar al debate a dos de los tres magistrados que estaban fuera de Madrid -el tercero no podía participar por tener relación con el caso-, más un tercero de otra Sala para ser impares e impedir otra igualdad. No hizo falta, porque Díez-Picazo dijo expresamente que no quería un empate y que se sumaba a los 14 votos partidarios de volver a la situación anterior.